Una insidiosa amenaza contra
la verdad
P. Fernando Pascual
28-9-2024
Entre las muchas amenazas
contra la verdad, una resulta especialmente insidiosa: declarar como falso lo
verdadero, o desprestigiar como engañador a quien difunde una verdad.
Así, si resulta verdadero que
una pastilla daña a la salud de un porcentaje elevado de quienes la consumen,
resultará nefasto declarar como mentira toda noticia que comente los peligros
de esa medicina.
Si en una guerra un misil de
un bando mató a civiles de su propio territorio, el ataque contra la verdad
acusará a los enemigos de haber enviado ese misil, y etiquetará como enemigos
de su pueblo a quienes acusen a los soldados de un terrible error.
En un mundo donde giran tantas
mentiras, una de las peores consiste en eso: en despreciar la verdad de forma
que solo brillen aquellas mentiras que interesan a algunos (particulares,
grupos, incluso gobiernos).
Frente a esa insidiosa
amenaza, ¿cómo podemos defendernos? Primero, con una actitud madura contra los
prejuicios, que suelen ser fuente de desinformaciones y que facilitan el
triunfo de los ataques a la verdad.
Luego, con un sereno análisis
de lo que dicen los atacados, para ver sus argumentos, positivos y negativos,
sin dejarnos ofuscar por quienes difunden denuncias más viscerales que
argumentadas.
No siempre podremos evitar el
daño de quienes promueven esa injusticia que declara lo verdadero como falso, y
que, según la famosa frase, buscan matar al mensajero para matar el mensaje.
Pero si tomamos conciencia de
esa amenaza contra la verdad, estaremos más precavidos y seremos más prudentes
cada vez que nos encontremos con informaciones y contrainformaciones, y
mantendremos vivo el deseo de acoger la verdad, venga de donde venga y duela a
quien duela...